Alcachofas con trigo sarraceno y romero

Estamos en época de alcachofas, así que es el momento de hacer platos con esta maravillosa verdura. Sus propiedades terapéuticas se conocen desde el siglo 17, pero numerosos estudios en la última década han corroborado estas propiedades y han aportado más información sobre este tema. Son especialmente buenas para el hígado, ya que son hepatoprotectoras, con lo que son buenas para todos, ya que el hígado es uno de los órganos de eliminación más importantes y es fundamental que esté en perfecto estado, ya que hoy en día estamos expuestos a tantos tóxicos, que el hígado ha de trabajar mucho. Se recomienda especialmente su consumo para prevenir la ateroesclerosis, la hiperlipidemia y la dispepsia. También se ha visto en estudios científicos que ayudan a mejorar los síntomas del intestino irritable. 

En 2012 se publicó un estudio en el que se ponían de manifiesto sus propiedades también anti-tumorales, en ese caso en células cancerosas de pecho. Sus compuestos polifenólicos resultaron tener propiedades quiniopreventivas inhibiendo el crecimiento y la viabilidad de las células cancerosas y también promoviendo su apoptosis, esto es, promoviendo el ‘suicidio’ de este tipo de células. Varios estudios han confirmado estas propiedades. En 2015 un estudio concluyó que el consumo de alcachofas es recomendable como prevención en mujeres con riesgo de padecer cáncer de pecho, pero también como parte de un posible tratamiento coadyuvante junto con otras terapias.