El estrés es una respuesta natural del cuerpo que nos ayuda a hacer frente a situaciones que suponen un desafío o un riesgo. Esto es positivo porque nos ayuda a enfrentarnos con más efectividad a ciertas situaciones, e incluso nos puede salvar la vida en determinados momentos. El problema viene cuando el estrés se vuelve crónico, ya que esto puede ocasionar daño a nuestro organismo y desgraciadamente esto es muy común en el mundo en el que vivimos.
Un estudio que analizaba los resultados de más de 300 estudios científicos concluyó que el estrés puede dañar el sistema inmunitario, además se ha visto también que el estrés contribuye a la obesidad y a la diabetes
¿Qué ocurre cuando sufrimos estrés?
Antes de explicar esto, es importante hablar de las glándulas adrenales o suprarrenales. Estas glándulas están situadas en la parte superior de los riñones y se encargan de secretar hormonas muy importantes para el funcionamiento de nuestro organismo: hormonas relacionadas con el estrés y hormonas sexuales entre otras. Las glándulas adrenales trabajan junto al hipotálamo y a la glándula pituitaria del cerebro en lo que se conoce como eje hipotalámico-pituitario-adrenal.
Cuando nos estresamos, nuestras glándulas adrenales secretan dos hormonal principalmente: la adrenalina y el cortisol y provocan varias reacciones en nuestro cuerpo: aumentan la presión arterial, incrementan los latidos del corazón, y esto hace que haya más posibilidades de que la sangre forme coágulos. También la liberación de estas hormonas provoca que el almacenamiento de grasa aumente, provocando aumento de peso a la larga. En general, las consecuencias son muy negativas para nuestro organismo.
El cortisol también está relacionado con la regulación del azúcar en sangre y el control de la insulina. De hecho cuando aumentan los niveles de estrés, se secreta más insulina y si esta situación se vuelve crónica puede llevar al conocido síndrome metabólico que se caracteriza por sobrepeso, resistencia a la insulina y, en última instancia, diabetes tipo 2.
La fatiga adrenal no es una enfermedad en sí, sino más bien un síndrome que ocurre cuando las glándulas adrenales no puede manejar los niveles tan altos de estrés a los que está sometido y deja de producir hormonas de forma eficiente provocando un desequilibrio hormonal que puede dar lugar a una variedad de síntomas, aunque el más destacado es el cansancio o fatiga continua. Dado que las hormonas que secretan las glándulas adrenales afectan a muchas funciones de nuestro organismo, los síntomas pueden ser muy variados y a veces incluso se pueden confundir con alguna enfermedad autoinmune. Los más comunes son:
- Fatiga, problemas para levantarse por la mañana
- Depresión
- Problemas de sueño
- Libido baja
- Irritabilidad
- Pérdida de pelo
- Deseos de tomar azúcar y/o carbohidratos
- Dificultad para concentrarse
No solo el estrés crónico y continuado en el tiempo puede llevar a esta situación, hay también otros factores que pueden afectar al funcionamiento de nuestras adrenales, entre ellos: la exposición a tóxicos (ambientales, tabaco, etc.), falta de sueño, dieta pobre y falta de ejercicio.
¿Qué podemos hacer para ayudar a reducir estrés y equilibrar nuestras adrenales?
- Reduce estrés:
- Intenta dormir al menos 8 horas todos los días e ir a la cama sobre 10-11 pm
- Haz algún ejercicio con el que disfrutes
- Practica mindfulness o meditación
- Reserva un rato todos los días para tus cosas
- Un baño con sales de magnesio y lavanda antes de dormir nos ayuda a relajarnos y conciliar mejor el sueño
- Quita la wi-fi y todos los aparatos electrónicos mientras duermes
- Busca ayuda si tienes problemas emocionales importantes
- Mejora tu dieta.
- Elimina cafeína, azúcar, comidas procesadas y grasas no saludables.
- Introduce alimentos beneficiosos para nuestras adrenales como el coco, el aguacate, las crucíferas (brócoli, col, repollo, coles de bruselas, etc.), algas, sal del Himalaya, frutos secos y semillas.
- Suplementos nutricionales y hierbas que pueden ayudarte:
- Vitaminas del grupo B
- Magnesio y zinc
- Plantas adaptógenas. ¿Las conocíais? son plantas que tienen la propiedad de ayudarnos a manejar mejor el estrés y por tanto ayudan a equilibrar nuestras adrenales. Las más conocidas son la Ashwagandha y la Rhodiola, pero hay muchas otras. También los hongos Reishi y Cordyceps presentan este efecto adaptógeno y ayudan a equilibrar el sistema inmune.
Si tienes fatiga crónica o algún síntoma parecido, visita primero al médico. Si no te encuentran nada en concreto, piensa en tus adrenales y busca un buen profesional que pueda ayudarte con nutrición, alimentos y cambios de estilo de vida.
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