El tomate es de los pocos alimentos que aumenta sus beneficios nutricionales cuando se cocina, al menos su contenido en antioxidantes. En este estudio de 2015 se concluye que tanto cocinar el tomate como añadirle aceite de oliva incrementaba la cantidad total de carotenoides, en especial de licopeno. Este potente antioxidante se relaciona con el descenso en el riesgo de sufrir cáncer de próstata. Ayuda a combatir el estrés oxidativo de las células por lo que también es un maravilloso protector del sistema cardiovascular y en general previene el envejecimiento celular.
Yo he utilizado una pasta sin gluten, en este caso de trigo sarraceno, aunque también podría ser de arroz integral. Si tomáis gluten, la pasta de espelta integral es otra buena opción.
- -180-200 gramos de pasta integral de trigo sarraceno o arroz integral
- -1 taza de tomates cherry
- -1 taza de tomates maduros cortados en cubitos (de pera, por ejemplo)
- -4-5 ajos
- -1/2 cebolla fresca
- -un puñado de albahaca fresca (si no tenemos, puede ser seca)
- -rúcula al gusto
- -sal marina o del Himalaya, pimienta negra y aceite de oliva
- Poner en una sartén un poco de aceite y cocinar durante unos minutos los ajos y la cebolla troceada.
- Añadir el tomate natural en cubitos y un poco de sal y pimienta.
- Añadir los tomates cherry y la albahaca troceada y cocinar 3-4 minutos más.
- Corregir de sal y pimienta.
- A parte, hervir los espaguetis y cuando estén listos, servir y echar la salsa por encima.
- Poner un puñado de rúcula en cada plato y un chorro de aceite de oliva virgen extra en crudo.
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