El aceite de coco es uno de esos alimentos que causa división de opiniones entre la gente. Unos lo consideran una grasa saturada y por tanto perjudicial para la salud, mientras que otras personas lo ven como una panacea, como un alimento beneficioso para muchas cosas.
Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?
Una de las críticas más comunes sobre el aceite de coco es que el 90% de sus grasas son saturadas y las grasas saturadas, como todos hemos oído en algún momento, elevan los niveles de colesterol. La cuestión es que no todas las grasas saturadas son iguales. Pueden contener desde 4 a 28 carbonos en su cadena, y dependiendo de lo larga que sea esta cadena sus efectos sobre el colesterol en sangre serán distintos.
Los ácidos grasos saturados de 12 a 16 carbonos incrementan los niveles de colesterol en sangre mientras que el ácido esteárico (de 18 carbonos) parece que no lo aumenta, ya que este ácido cuando llega al hígado se convierte en ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado de 18 carbonos. De ahí que muchas veces se aconseje eliminar los tres primeros tipos de grasa y no preocuparse por el ácido esteárico cuando hay un riesgo coronario. Sin embargo un importante estudio demostró que el ácido esteárico aumentó el riesgo cardiovascular más que el ácido laúrico, mistírico y palmítico. Parece que el ácido esteárico reduce los niveles de HDL (colesterol bueno), aumenta la lipoproteína A, otro parámetro importante en riesgo cardiovascular, aumenta ciertos factores de coagulación de la sangre y esto resulta en lipidemia (exceso de grasa en la sangre) después de comer. Por tanto este tipo de grasa también se debería de tener en cuenta a la hora de aconsejar a personas con riesgo cardiovascular.
La composición grasa del aceite de coco es la siguiente:
Según lo anterior, se supone que el 76% de los ácidos grasos que contiene el aceite de coco pertenecen al grupo de los que aumentan el colesterol en sangre. Pero hay que hacer algunas matizaciones. El ácido graso predominante es el ácido laúrico (50%). Este ácido graso parece que aumenta el colesterol bueno HDL mucho más que el colesterol malo LDL, ayudando así a que el ratio entre ambos sea favorable. Sin amargo el ácido mistírico y el palmítico no parecen tener este efecto más positivo.
Las grasas ricas en ácido laúrico como el aceite de coco ayudan a mantener unos niveles de colesterol más favorables que los aceites vegetales hidrogenados cargados de grasas trans. Para que tengáis más clara la clasificación de las grasas de las que estamos hablando, este esquema general os puede ayudar:
Los ácidos grasos trans aumentan el colesterol malo o LDL y disminuyen los niveles de colesterol bueno o HDL. En general, el riesgo de enfermedad coronario desciende cuando esos ácidos grasos trans y los ácidos grasos saturados se sustituyen por ácidos grasos insaturados de buena calidad. Ya que otro tema es la importancia de mantener un ratio adecuado de Omega 3 y Omega 6.
De alguna forma el efecto del aceite de coco rico en ácido laúrico es aún algo incierto. Sin embargo en los lugares del mundo donde se consume de forma regular el coco y su aceite dentro de sus dietas indígenas, los índices de enfermedades crónicas, incluyendo la enfermedad coronaria arterial, son bajos. Es necesario hacer una aclaración importante en este punto. Los beneficios solo se obtienen cuando el coco y sus productos derivados forman parte de una dieta rica en alimentos no procesados y en fibra vegetal. Cuando las dietas indígenas dan paso a dietas ricas en productos procesados, como la dieta típica occidental con harinas blancas, azúcar y grasas animales, los índices de enfermedad aumentan incluso aún consumiendo coco y sus productos derivados como el aceite.
Por otra parte, la mayoría de ácidos grasos del coco, particularmente el ácido láurico, poseen propiedades antimicrobianas. Además, el aceite de coco también contiene fitoquímicos protectores como los ácidos fenólicos, los cuales con eliminados casi por completo durante el proceso de refinamiento. De ahí la importancia de adquirir siempre aceite no refinado.
Otra característica importante del aceite de coco es su estabilidad. Su alta tasa de saturación hace que no se oxide fácilmente, con lo que puede ser una buena alternativa para cocinar. Aunque ya sabemos que la mejor forma de tomar un alimento siempre es crudo, al vapor o un hervido rápido. La mayoría de nuestra dieta debería estar basada en este tipo de cocción, sobretodo rica en alimentos crudos cuyos nutrientes permanecen casi intactos.
El aceite de coco no es, por tanto, ni un alimento milagroso ni un aceite especialmente malo para el organismo. El aceite de coco debe de tratarse como cualquier otra planta rica en grasa: es mejor siempre cuando se consume el alimento completo. El coco es rico en fibra vitamina E y fitoquímicos, y posee potentes propiedades antimicrobianas. Hay que verlo como cualquier otro aceite concentrado: un alimento que posee muchas calorías con menos nutrientes, y cuando una dieta es rica en grasas concentradas, puede ser difícil cubrir todas nuestras necesidades nutricionales. Se puede usar el aceite de coco para preparar postres y tartas especiales, pero no es algo que debamos consumir todos los días en grandes cantidades. Basa tu dieta en alimentos integrales y plantas y cuando uses aceite de coco asegúrate de que sea orgánico y virgen (no refinado).
Otros usos del aceite de coco
Siempre digo que todo lo que te pones en la piel deberías poder comértelo, ya que es otra vía de entrada del cuerpo y todo lo que te pones en la piel acaba en tu organismo.
El aceite de coco es fantástico para la piel, sobretodo para las pieles más secas. Yo lo utilizo como desmaquillante tanto de cara como de ojos y es fantástico. Aunque un bote de casi medio kilo te puede costar 17 euros, te sale mucho barato que cualquier desmaquillante ya que dura mucho más y sobretodo es muchísimo mejor para nuestra piel. Se coge un algodón y se moja un poquito con agua y luego se coge un poco de aceite de coco con el mismo algodón y se aplica en la cara para quitar el maquillaje y además por lo general no hace falta poner ninguna crema luego porque te deja la piel hidratada y resplandeciente.
También se utiliza como crema para el cuerpo después de la ducha. Hidrata, nutre la piel, la protege y además deja un olor excelente. ¿Qué más se puede pedir?
[…] Ana Estellés licenciada en Biotecnología por la Universidad Politécnica de Valencia. El aceite de coco no es […]