Ensalada con alcaparras, tomate y vinagre de manzana

Hoy os traigo una receta muy sencilla, pero muy rica y además con un truco fantástico para hacer que la cebolla no pique y nos la podamos tomar tranquilamente sin necesidad de evitarla porque luego nos siente mal o nos repita. Es muy sencillo: cortamos primero la cebolla en rodajas finas y la ponemos en el bowl de la ensalada, añadimos sal del Himalaya o sal marina y un chorro de vinagre de manzana, lo dejamos un ratito (mínimo 10 minutos) moviendo 1-2 veces con el tenedor para que todo se impregne bien. Pasado un rato echamos el resto de ingredientes encima, echamos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y juntamos bien todos los ingredientes. Este procedimiento os puede servir con cualquier ensalada en la que queráis poner cebolla. Mi recomendación es que uséis vinagre de manzana ‘con la madre’ (sin pasteurizar), ya que esto nos asegura que las bacterias beneficiosas no se hayan destruido y por tanto el vinagre mantenga intacto sus beneficios probióticos. Podéis encontrar este vinagre online, en tiendas naturales e incluso en otros comercios como El Corte inglés.

Esta ensalada, además, lleva alcaparras, un alimento de tamaño pequeño pero que nos ayuda a ser más felices, ¿sabéis por qué?. Resulta que las alcaparras con muy ricas en un bioflavonoide llamado quercetina, que ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, además tiene propiedades antiinflamatorias y es un antihistamínico muy potente. La cebolla, también presente en esta ensalada, también contiene quercetina. Las alcaparras mejor que sean ecológicas, sino igualmente es importante mirar la etiqueta para que no lleven aditivos.