En verano siempre aconsejo tomar más alimentos en su estado crudo, ya que es una muy buena forma de aumentar la ingesta de agua y nutrientes; por tanto las ensaladas son un recurso maravilloso para esta época. Como siempre, es fundamental comer alimentos de temporada y la ensalada que os traigo hoy está repleta de ellos.
La ensalada también tiene garbanzos. Si vais con prisa, podéis usar garbanzos ya cocidos, pero bien lavados. Sino, lo ideal es dejar los garbanzos a remojo toda la noche y luego cocerlos o incluso dejarlos unos días en un colador con un bowl debajo para que germinen (hasta que les salga un pequeño rabito), lavándolos 2 veces al día. De esta forma estamos aumentando su contenido de nutrientes y estamos haciendo que sean más digestivos ya que eliminamos ciertas sustancias como el ácido fítico que pueden interferir en el proceso de absorción de nutrientes.
La albahaca que he utilizado es la que veis en la foto, es de hoja pequeñita pero es exactamente igual que la otra, con un aroma maravilloso. Podéis usar cualquiera de las dos.
- 1 tomate de ensalada pequeño o ½ grande
- ½ pepino
- ¼ cebolla fresca
- 4-5 ajos fermentados (opcional)
- un puñado de albahaca fresca de hoja grande o pequeña
- aceitunas verdes y negras
- ½ taza de garbanzos cocidos o germinados
- ¼ de pimiento rojo
- limón
- aceite de oliva virgen extra
- sal marina o del Himalaya
- Germinados de alfalfa, brócoli, kale...
- Cortar la cebolla muy pequeñita y ponerla en el bowl donde vayamos a servir la ensalada con un poco de sal y un chorro de limón para que pierda un poco de picor.
- Mientras, cortar el resto de ingredientes en cubitos pequeños y añadirlos.
- Incorporar la albahaca troceada.
- Remover bien todo y probar, añadir más sal si es necesario, limón y aceite de oliva.
- Incorporar los germinados.
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