Aunque no sea verano, las ensaladas completas siempre son una buena solución para comer de manera rápida y sencilla, ya que podemos combinar ingredientes crudos con ingredientes cocinados y de esta forma se convierte en un plato mucho más otoñal, sobretodo si elegimos productos de temporada.
En este caso, esta ensalada lleva brócoli y judías verdes preparadas al vapor. Es importante señalar, como os he comentado alguna vez, la importancia de cocinar los alimentos de forma adecuada con el objetivo siempre de conservar al máximo sus nutrientes, ya que la comida ha de suponer un placer, por supuesto, pero no hay que olvidar que el objetivo principal del acto de comer debería ser nutrirnos y de esta forma nutrir a cada una de nuestras células proporcionándoles los elementos necesarios para llevar a cabo las millones de tareas a las que se enfrentan cada día. Cada una de las reacciones en las que participan nuestras células necesitan cofactores que suelen ser vitaminas, minerales y oligoelementos, y si no proveemos a nuestro cuerpo con todos estos nutrientes y en cantidad suficiente, él intentará buscar la forma de llevar a cabo estos procesos de otra forma o incluso dejará de realizar de forma tan efectiva ciertos procesos para que los básicos no se dejen de realizar, ya que son los que nos mantienen con vida y nuestras células están programadas para sobrevivir a toda costa. Por tanto, si las sometemos a un estrés continuado sin proveerle de todo lo que necesita para poder trabajar, a la larga nos pasará factura en forma de trastornos y enfermedades.
Además, las plantas tienen ciertos nutrientes llamados fitoquímicos que tienen propiedades excepcionales sobre nuestra salud y nos ayudan, entre otras cosas, a eliminar la inflamación, favorecer las funciones de desintoxicación, neutralizar radicales libres, proteger a nuestras células frente al estrés oxidativo, etc. En conclusión, este tipo de nutrientes nos ayudan también a prevenir enfermedades. Pero si los alimentos los cocinamos de forma inadecuada, comeremos, pero no tendremos todos estos beneficios. Por ejemplo, si hervimos un brócoli, vamos a perder el 90% del sulforafano, que es un potente antioxidante, y sin embargo si lo hacemos al vapor ligero, conservaremos el 90% de este fantástico fitoquímico antioxidante que nos está protegiendo, entre otras cosas, frente a cánceres y enfermedades degenerativas. Además, el vapor concentra más el sabor de los alimentos y es más sencillo, rápido y limpio que hervir. La regla general es sencilla: cuanto más se parezca un alimento a su forma original, mayor beneficio vamos a obtener de él. Con esta premisa es más fácil distinguir los alimentos que son saludables y que nos están nutriendo y los que, por el contrario nos están dañando. Cuando un alimento es refinado, se le despoja de sustancias fundamentales que el alimento trae consigo de forma original, y los trae consigo porque son necesarios para la digestión y asimilación de ese alimento. Cuando comemos ese alimento, el cuerpo va a necesitar esos nutrientes de los que ha sido despojado el alimento y los va a coger de nuestro organismo, por lo que ese es uno de los peligros de los alimentos refinados, que no solo no nos están nutriendo, sino que nos están des-nutriendo.
Os dejo con la receta de hoy, que es un ejemplo de cómo conservar los nutrientes en su mayoría pero sin dejar de disfrutar de la comida.
Para el aliño me gusta mucho utilizar un producto que se llama aminos, es similar a la salsa de soja, pero es un extracto de proteína de soja, no contiene gluten y además lleva una gran cantidad de aminoácidos, en total 16, tanto esenciales como no esenciales. Su sabor es similar, aunque quizás algo más ahumado y queda genial para hacer salsas y marinados. Lo podéis encontrar en amazon en este enlace, os encantará. Alternativamente podéis utilizar tamari, aunque el sabor cambia un poco.
- -un puñado de rúcula al gusto
- -un puñadito de germinados de brócoli
- -50 gramos de judías verdes
- -6-8 flores de brócoli
- -1/4 de aguacate grande o ½ pequeño
- -2 cucharadas de quinoa cocida
- Para el aliño:
- -2 cucharadas de aceite de oliva
- -1/2 cucharada de zumo de limón
- -1/2 cucharada de tamari o aminos
- -1 cucharadita de levadura nutricional (opcional)
- Poner a cocer ¼ de taza de quinoa con una medida y media de agua y un poco de sal marina durante 20 minutos aproximadamente, apartar.
- Cortar las judías en 3-4 trozos y ponerlas al vapor con las flores de brócoli durante 7-9 minutos o hasta que estén blandas pero al dente, sin deshacerse. Dejar un poco enfriar.
- Preparar un bowl con rúcula, añadir las verduras al vapor, la quinoa, los germinados y el aguacate.
- Preparar el aliño mezclando todos los ingredientes, corregir si es necesario con más cantidad de alguno de los ingredientes.
Deja una respuesta