La calabaza ya va a asomándose por los mercados poco a poco y nos va anunciando la llegada próxima del otoño. Por eso hoy os propongo un dulce que tiene como uno de sus ingredientes principales la calabaza, que combina a la perfección con el cacao y los dátiles.
La calabaza es un alimento maravilloso. Son ricas en betacarotenos, que son precursores de la vitamina A, tal como nos indica ese precioso color anaranjado, por tanto son maravillosas para proteger la vista. Pero no solo eso, las propiedades de los carotenos son muy extensas, se ha visto incluso que tienen capacidad de inhibir el desarrollo de las células cancerígenas. Son ricas también en otros antioxidantes como las cumarinas y el licopeno y en vitamina C y ácido fólico. Es un aliado maravilloso si queremos perder peso por su efecto saciante, y su alto contenido en fibra nos ayuda a prevenir el estreñimiento y a mejorar el tránsito intestinal
- -1/2 calabaza tipo potimarrón mediana (300 g. aprox), o cualquier otra variedad que esté dulce
- -1/4 de taza de harina de mijo (u otra harina sin gluten como arroz integral o trigo sarraceno)
- -1/3 de taza de almendras molidas
- -7 u 8 dátiles tipo medjool
- -2 cucharadas de cacao en polvo
- -1/4 de taza de nueces picadas
- -1½ cucharadas de sirope de dátil, sirope de arce o miel cruda
- -1 pizca de sal marina
- -1/2 cucharadita de vainilla en polvo (opcional)
- Precalienta el horno a 180 grados y pon la calabaza cortada en cubitos al vapor durante unos minutos hasta que está muy blandita (15 min aprox.).
- Mezcla en una batidora o en un procesador los dátiles deshuesados con la calabaza al vapor.
- A parte mezcla el resto de ingredientes e incorpora después la mezcla anterior.
- Forra con papel de horno un recipiente rectangular de tamaño pequeño-mediano o úntalo con un poco de aceite de coco e incorpora la mezcla.
- Introduce en el horno aproximadamente 20-25 minutos o hasta que lo pinches con un cuchillo y salga seco.
- Deja reposar un mínimo de 15 minutos fuera del horno.
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