El tema de la toxicidad es algo que cada vez preocupa más a la comunidad científica y poco a poco se van tomando medidas para evitar y reducir nuestra exposición a tóxicos, como prohibir los biberones con BPA. Sin embargo, a pesar de todo esto, todavía estamos rodeados de muchísimas sustancias que nuestro cuerpo no reconoce y además muchas de ellas están relacionadas con enfermedades que cada vez son más frecuentes en nuestra sociedad, como las enfermedades degenerativas y el cáncer. Estas sustancias penetran en nuestro cuerpo a través de la piel, la boca y las vías respiratorias y acaban circulando por nuestra sangre.
Algunas de las sustancias que más preocupan son los llamados ‘disruptores endocrinos’ o ‘disruptores hormonales’, presentes en la mayoría de plásticos (el famoso BPA o bisfenol A) y otros objetos como latas e incluso tickets de la compra. Se llaman así porque presentan una conformación muy similar a nuestras hormonas y nuestro cuerpo las confunde con ellas, por lo que pueden producir desequilibrios a nivel hormonal, de hecho se relaciona a estas sustancias con los cánceres hormono-dependientes como el cáncer de mama, la diabetes, la obesidad, trastornos en la glándula tiroides, etc.
En un estudio llevado a cabo por la escuela de medicina Monte Sinaí de Nueva York, analizaron la sangre y orina de 9 adultos americanos que no trabajaban en nada relacionado con la industria química. Testearon 210 tóxicos y en total encontraron 167, la mayoría de ellos cancerígenos, tóxicos para el sistema nervioso y cerebro, relacionados con defectos de nacimiento y problemas reproductivos, tóxicos para sistema hormonal e inmune, etc. Podéis encontrar el informe completo aquí.
En España tenemos a un pionero en la investigación de sustancias tóxicas y cómo éstas afectan a nuestro organismo, es el doctor en medicina especializado en radiología y oncología y profesor y catedrático de la Universidad de Granada, D. Nicolás Olea. Su grupo ha realizado diversos estudios relacionados con este tema y han llegado a resultados muy claros además de alarmantes. En un estudio que realizaron con madres en Granada encontraron DDT en el 100% de las gestantes, así como en la orina de los niños. Él nos habla también de la relación entre el cáncer de mama y otros cánceres hormono-dependientes con sustancias como los bisfenoles de los plásticos o los ftalatos de los cosméticos.
La exposición a algún tóxico de manera ocasional no es alarmante ya que normalmente el cuerpo puede lidiar con ello y eliminarlo sin problemas (excepto algunas sustancias y metales pesados). El problema llega cuando nuestra exposición es continua y viene de tantas fuentes: champús, geles, cremas, pastas de dientes, cremas solares, perfumes, envases y botellas de plástico, sartenes y otros utensilios de cocina, en los alimentos, y un largo etc. Es en ese momento cuando el cuerpo se puede ver desbordado y no dar abasto a eliminar todos los compuestos tóxicos.
Afortunadamente está en nuestra mano tomar medidas para minimizar nuestra exposición a numerosos tóxicos. Aquí van algunos consejos:
Evitar plásticos y enlatados
Los plásticos y latas contienen bisfenol A y otros compuestos tóxicos que son considerados disruptores endocrinos. La alternativa es el cristal para los botes y los tuppers y el acero inoxidable para las tazas portátiles, por ejemplo.
Compra orgánico todo lo posible
Al comprar orgánico y ecológico no solo estamos cuidando de nuestra salud sino también de la salud de la tierra, que es la que dará de comer a nuestros hijos y nietos. Los organoclorados de los pesticidas son compuestos cancerígenos y disruptores hormonales que aumentan la actividad estrogénica favoreciendo los procesos tumorales. Según el Dr. Olea la exposición a pesticidas multiplica por 4 las posibilidades de padecer cáncer de mama.
Busca cooperativas o asociaciones de agricultores locales para que el precio sea menor. Y si no lo compras todo orgánico, al menos los ‘dirty dozen’, es decir, las frutas y verduras con mayor contenido en herbicidas y pesticidas, podéis encontrar el listado en este post.
No comprar comida procesada
Al evitar o limitar la comida procesada, empaquetada y con muchos ingredientes, estamos reduciendo la ingesta de conservantes, colorantes y saborizantes que pueden resultar tóxicos en muchos casos. Es mejor comprar de forma simple, ingredientes separados y preparar cosas caseras y con ingredientes de calidad. Leed etiquetas y evitad todo lo que tenga nombres extraños que no sean de comida. En este blog podéis encontrar muchas ideas!
No cocinar con sartenes de aluminio o teflón
Los utensilios de cocina que están en contacto con los alimentos también pueden ser una fuente de tóxicos importante. Evitar el teflón, que contienen PFOA, perfluoroctánico, entre otras sustancias, y el aluminio que es un metal pesado que puede acumularse en el organismo. Es mejor utilizar utensilios de acero (si es quirúrgico mejor) o de titanio.
No beber agua del grifo
El agua del grifo contiene numerosas sustancias tóxicas que no se pueden eliminar por completo. El agua embotellada en plástico tampoco sería la alternativa más saludable si tenemos en cuenta lo que comenta el Prof. Dr. Olea, por lo que en este caso la opción más saludable sería beber agua filtrada.
Elige pinturas ecológicas certificadas para pintar las paredes
Las pinturas desprenden COV, compuestos orgánicos volátiles que respiramos y que pueden resultar tóxicos. Existen alternativas cuyo contenido en estas sustancias es muy reducido o nulo y que pueden ayuda a que el ambiente en casa sea más saludable.
Evitar amalgamas de mercurio y pescado grandes
Hay estudios que demuestran que el mercurio puede desprenderse poco a poco e ir acumulándose en el cuerpo debido a las amalgamas de la boca. Mejor buscar otras opciones, ya que el mercurio es uno de los metales pesados más tóxicos que existen y está relacionado con numerosos trastornos, sobretodo del sistema nervioso.
Los pescados depredadores y de gran tamaño como el emperador, también contienen mercurio. Es mejor elegir pescados de tamaño pequeño y azul, a ser posible y limitar su consumo.
Evitar cosméticos que no sean naturales
Según el Prof. Dr. Olea, los cosméticos es una de las fuentes más importantes de tóxicos sobretodo en las mujeres. Las cremas, geles, champús, maquillajes, etc. llevan preservativos como los parabenos y otras muchas sustancias que son carcinogénicas y disruptoras hormonales. El problema radica en que son cosas que usamos todos los días y por tanto es una contaminación persistente y los compuestos tóxicos están siempre en circulación en la sangre. Los perfumes contienen también ftalatos, una sustancia que se utiliza para que se fijen y el olor perdure, que es también un tóxico y disruptor hormonal muy importante.
La alternativa es buscar productos que no lleven tóxicos, basados en sustancias naturales, aceites, aceites esenciales, etc. Cada vez hay más marcas y más opciones para comprar productos naturales. En este post tenéis unos consejos sobre cosmética natural.
Las cremas solares normales utilizan filtros químicos que también contienen sustancias tóxicas. En este caso es mejor utilizar cremas solares con filtro de barrera o mineral que utilizan sustancias naturales para crear una película física que actúe como barrera para el sol. Son mucho más saludables y prácticamente igual de efectivos.
Utiliza plantas que ayudan a depurar el ambiente
Muchas plantas de interior nos pueden ayudar a mantener el ambiente en casa más limpio: crisantemo, orquídea, ficus, drácena, helechos, potos dorados, etc. Todas ellas ayudan a eliminar formaldehído y monóxido de carbono, entre otras cosas.
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