El pasado 19 de Octubre fue el Día Mundial del Cáncer de mama y por eso he querido escribir un artículo al respecto. Antes de empezar me gustaría señalar que algunas de las cosas que voy a explicar aquí son bastante más complicadas a nivel bioquímico, pero mi objetivo es dar una visión general de este tema, y para ello la idea no es profundizar tanto sino intentar conectar todos los puntos. Prácticamente todo lo que se diga a continuación aplica a cualquier tipo de cáncer, pero voy a hablar de algunas claves específicas para el cáncer de mama.
El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres y, sin embargo, parece que es uno de los cánceres que tiene mejor pronóstico si se coge a tiempo. Al hilo del tema del diagnóstico temprano de la enfermedad, hicieron la semana pasada un documental muy interesante en La2 donde se hacían eco de la preocupación de numerosos científicos sobre los peligros del sobrediagnóstico. Parece que en muchas ocasiones las mamografías detectan lesiones que son en realidad precancerosas y que se les llama y trata como un cáncer (carcinoma in situ) con las consecuencias negativas que esto puede traer. Es un tema delicado, pero lo importante, como en todo, es tener toda la información en la mano para que las mujeres podamos tomar decisiones con conocimiento de causa. Podéis ver el documental aquí.
Afortunadamente también está hoy demostrado que se pueden hacer muchas cosas relacionadas con la nutrición y el estilo de vida para prevenir esta enfermedad, y no solo esto, sino también para ayudar al organismo a recuperarse y a lidiar con la enfermedad con el objetivo de mejorar la efectividad de los tratamientos y evitar futuras recidivas.
Antes de entrar de lleno en el tema que nos ocupa, creo que es importante dar unas pequeñas pinceladas de cómo la nutrición terapéutica aborda las enfermedades en general.
- En primer lugar, es importante entender que en el cuerpo todo está conectado y relacionado. Y no sólo eso, sino que además somos cuerpo físico, pero también emociones y que éstas influyen sobre el primero, como ya numerosos estudios recogen.
- Los síntomas es la forma que tiene el cuerpo de comunicarnos que existe un desequilibrio, pero es importante entender que el síntoma no es la enfermedad. Por tanto, quitar el síntoma no debe de ser nuestro único objetivo, sino que es fundamental ir a la causa subyacente que ha provocado que ese síntoma o síntomas aparezcan. Por ejemplo, en el caso del cáncer el tumor sería un síntoma, no la enfermedad en sí. Si es posible quitar el síntoma (operación) está muy bien, pero no podemos quedarnos solo en eso, es como quitar las malas hierbas y no preocuparnos de mejorar la calidad del terreno para que no sigan saliendo más. Por tanto, si aparece una enfermedad como el cáncer, hay que preocuparse del síntoma, pero también del terreno, que en este caso sería el entorno celular y la salud celular, es decir, el entorno en el que nuestra células se encuentran y el estado de la célula en sí.
- Es fundamental ante cualquier enfermedad hacerse responsable de la misma, no sentirse culpable, por supuesto, sino tomar responsabilidad, que es muy distinto. Aunque estemos sometiéndonos a cualquier tratamiento, es muy importante que nosotros tomemos las riendas de nuestra salud y hagamos todo lo que podamos para mejorar. Estamos acostumbrados a creer que no podemos hacer nada, además de someternos a los tratamientos pertinentes, y eso no es para nada cierto y la ciencia lo está demostrando día tras día.
- En el caso del cáncer la visión del tumor y de la enfermedad en general como nuestro enemigo no sería la visión más adecuada. Es importante entender que todas y cada una de las células de nuestro organismo están programadas para sobrevivir a toda costa y de esta manera asegurar nuestra supervivencia, por tanto la aparición de enfermedades en general y de un tumor en particular es producto de una serie de decisiones que el cuerpo se ha visto obligado a tomar bajo ciertas circunstancias, por explicarlo de una manera sencilla. Aún no hay demasiadas investigaciones sobre este tema, pero lo que está claro es que la visión más adecuada es entender que el tumor es nuestro propio cuerpo y no tenemos que tratarlo como algo distinto sino entenderlo como un desequilibrio que se ha producido por numerosas razones y tratar de ayudarle a recuperar ese equilibrio de nuevo, además de con los tratamientos que nos proporcione nuestro médico, con una alimentación y un estilo de vida adecuados conociendo qué es y por qué se ha podido producir este desequilibrio que ha bypaseado nuestro sistema inmune dando lugar a la enfermedad.
CÁNCER Y GENÉTICA
Se tiende a pensar que la genética juega un papel muy importante en el desarrollo de numerosas enfermedades, incluido el cáncer, y esto es porque hasta hace unos años se creía que los genes eran entidades estáticas que no cambiaban, pero esto quedó desmentido desde hace ya algunos años, y es cuando surgió la epigenética, que es la ciencia que estudia la relación entre los genes y el medio ambiente. Se vio claramente que los genes son unidades dinámicas que cambian su expresión dependiendo del ambiente que les rodee. Y esto ha sido un descubrimiento fundamental y muy positivo porque puso de manifiesto la gran importancia que tiene la alimentación y el estilo de vida en la generación y progreso de todas las enfermedades. De hecho, solo un 5-10% de los cánceres son de origen genético (es decir, mutaciones que se heredan de los padres), en el 90-95% de los casos las causas son ambientales (tabaco, estrés, mala alimentación, virus, estilo de vida poco saludable, ambientes tóxicos, etc).
QUÉ ES EL CÁNCER. CAUSAS
El cáncer es consecuencia de la proliferación incontrolada de células que crecen formando un tumor y pueden, potencialmente, llegar a otras partes de nuestro organismo formando metástasis. Las sustancias cancerígenas suelen ser las responsables de que se produzca la primera mutación en la célula y a partir de ahí hay varias fases hasta la fase de metástasis. Pero la formación de células cancerígenas en nuestro organismo no implica necesariamente que se produzca un tumor, ya que en muchas ocasiones nuestro cuerpo puede acabar con esas células cancerígenas y por tanto impedir de esta forma que proliferen. De hecho, durante nuestra vida es muy probable que nuestro cuerpo se enfrente a esta situación en más de una ocasión y nosotros nunca nos llegaremos a enterar. Por tanto, este hecho encierra otra buena noticia, el sistema inmune tiene mecanismos para acabar con estas células, y de esto entenderemos la importancia de mantener un sistema inmune en plena forma.
Por otra parte, ya sabemos que en la gran mayoría de los casos el cáncer se produce y desarrolla por causas ambientales, normalmente no solo una, sino varias. Entre las causas de esta enfermedad, se encuentran:
- La exposición a tóxicos ambientales que generan un exceso de radicales libres en nuestro organismo, lo que provoca que nuestro cuerpo sufra lo que se llama ‘estrés oxidativo’ y esto contribute a que el ambiente intercelular (el espacio que queda entre las células y donde éstas se sitúan) esté intoxicado. Luego profundizaremos más en esto.
- La falta de vitamina D debido a una exposición al sol deficiente y/o inadecuada y una alimentación que no fomenta la formación de esta vitamina que juega un papel fundamental en la salud del sistema inmune y, como hemos comentado, éste es fundamental para el desarrollo de esta enfermedad. Importante chequear los niveles de esta vitamina en los análisis de sangre rutinarios. Los niveles óptimos se encuentra en 70-100 ng/ml
- Un estado de inflamación subyacente. La inflamación crónica de tejidos y órganos de nuestro cuerpo también predispone a padecer esta enfermedad. El desequilibrio de ácidos grasos esenciales juega un papel fundamental en este punto, ya que con la alimentación actual favorecemos el consumo de omega 6 por encima del omega 3, cuando debería ser al revés. Una alimentación también alta en azúcares, alimentos procesados y un sistema inmune deprimido, favorecen este estado inflamatorio.
- Un exceso de azúcar en sangre también favorece el entorno adecuado para que se produzca la enfermedad. Cuando se consume azúcar y productos refinados (a los que se les ha quitado la fibra) los niveles de azúcar en sangre aumentan rápidamente, el cuerpo entonces libera insulina, la hormona encargada de llevar el exceso de azúcar en sangre al interior de las células. Junto a la insulina también se libera una sustancia llamada IGF-1 (factor de crecimiento similar a la insulina) que estimula el crecimiento y la proliferación celular y ambos provocan inflamación ya que liberan sustancias pro-inflamatorias. Además, el consumo excesivo de azúcar estimula la producción de ciertas proteínas que estimular la proliferación tumoral. Además, las células cancerígenas necesitan mucha más glucosa que las células sanas ya que su mecanismo de obtención de energía no es tan eficiente como el de las células sanas y por ello desarrollan más receptores de glucosa de lo normal.
- La angiogénesis es el proceso por el cual el tumor desarrolla vasos sanguíneos para proveerse de nutrientes y seguir creciendo
- Acidez extracelular e hipoxia. Las células tumorales crean a su alrededor un ambiente celular favorable para su supervivencia que se caracteriza por ser un ambiente con un ph ácido, rico en ácido láctico y con bajo oxígeno. Este ambiente ácido (los tejidos sanos presentan un ph más alcalino) es el que ayuda a la promoción y progresión de los tumores y también este ambiente dificulta que los tratamientos con quimio sean más efectivos, entre otras cosas. Ya sabemos que las céñulas tumorales crecen y se multiplican rápidamente, para ello, como hemos dicho, forman vasos sanguíneos para proveerse de nutrientes, pero estos vasos son algo defectuosos y la cantidad de oxígeno que llega a la célula maligna es muy baja, por ello tienen que crear energía en un ambiente de hipoxia (bajo en oxígeno), al contrario que las células sanas, y lo hace a través de un proceso llamado glicólisis. En este proceso es muy poco efectivo y se necesita mucha glucosa (como ya hemos comentado antes) y además se generan muchos radicales libres y también ácido láctico. El exceso de radicales libres daña las células sanas y el ácido láctico es un deshecho que crean aún más acidez en la matriz extracelular y esto estimula aún más la progresión y proliferación del tumor.
- Un sistema inmune deprimido también predispone a sufrir esta enfermedad. Es clave para frenar y eliminar al cáncer, de hecho es capaz de mantener a los tumores ‘dormidos’ sin que estos provoquen daños. Pero para ello el sistema inmune debe de estar fuerte. En este vídeo de la Universidad de Cambridge, podéis ver cómo un tipo de célula de nuestro sistema inmune llamada Natural Killer, está fagocitando (eliminando) a una célula tumoral.
Afortunadamente, existen alimentos con capacidad antioxidante, antiinflamatoria, antiangiogénica, potenciadora de la producción de vitamina D, potenciadora de la salud de nuestro sistema inmune y alcalinizante. El objetivo de la alimentación y estilo de vida anticáncer es provocar un ambiente celular que resulte incómodo al tumor, un ambiente en el que al tumor le cueste sobrevivir, y para ello nos basamos en todo lo que se conoce sobre la bioquímica del cáncer y cuyos principios os he resumido en los puntos anteriores.
Llegados a este punto, os recomiendo una charla muy interesante donde un médico, el Dr. Li, nos explica los resultados que han hallado en su laboratorio sobre alimentos con propiedades antiangiogénicas y él mismo nos recomienda utilizar la alimentación 3 veces al día como una quimioterapia que nos podemos administrar nosotros mismos en casa. Esto no implica que no nos sometamos a los tratamientos médicos correspondientes, sino que, de nuevo nos indica que podemos hacer por nuestra cuenta muchas más cosas para ayudar a nuestro organismo a prevenir y mejorar esta enfermedad. La charla se llama »¿Podemos comer para que el cáncer muera de hambre?» y podéis verla aquí.
NUESTRO SISTEMA INMUNE, CLAVE
Como ya hemos comentado antes, nuestro sistema inmune es clave para la prevención de esta enfermedad, y para la proliferación de la misma cuando esta se produce. Nuestro sistema inmunitario posee células capaces de acabar con células cancerosas, de hecho esto suele ocurrir varias veces a lo largo de nuestras vidas e incluso mantener tumores durmientes, como ya hemos visto antes. Pero, ¿qué inhibe y que estimula a nuestro maravilloso sistema inmune?
INHIBE AL S.I | ESTIMULA AL SI |
Buena alimentación basada en frutas verduras y alimentos integrales | Mala alimentación basada en alimentos altos en azúcar, refinados, carnes procesadas, etc. |
Ejercicio | Falta de ejercicio |
Intestino saludable | Intestino no saludable |
Emociones positivas | Emociones negativas |
Baja exposición a tóxicos ambientales | Alta exposición a tóxicos ambientales |
ALIMENTACIÓN ANTICÁNCER
Entrando ya en materia, os voy a hablar de las características que ha de tener una alimentación que no favorezca la aparición de esta enfermedad y que, en el caso de que ocurra, ayude a crear un ambiente contrario al que le gusta al tumor, es decir, que contribuya a crear un ambiente celular lleno de oxígeno, bajo en radicales libres y bajo en glucosa sobretodo.
- Alto consumo de verduras y frutas. Es recomendable que la mayor parte del plato esté ocupado con este tipo de alimentos, al menos la mitad del plato. Han de consumirse crudas o hechas ligeramente al vapor. Las frutas y verduras poseen numerosos antioxidantes y fitoquímicos (cada color es un fitoquímico distinto) con todas las propiedades que hemos hablado antes y que ayudaban a crear ese ambiente celular que le dificulte al cáncer aparecer y, si es el caso, proliferar. Las hojas verdes son fundamentales porque nos aportan clorofila que no solo es un potente antioxidante sino que además ayuda a oxigenar nuestro entorno celular.
- Cereales siempre integrales. Es importante evitar los cereales refinados. Evitar el trigo ya que se ha visto que es pro-inflamatorio, ya que es un alimento que ha sufrido muchas transformaciones a lo largo de las últimas décadas. Los mejores cereales serían la quinoa, el trigo sarraceno, el mijo y el amaranto. Si se consumen germinados mejor, ya que de esta forma estaremos maximizando la ingesta y absorción de nutrientes, sobretodo recomendado para cuando existe enfermedad.
- Frutos secos y semillas. Se han de consumir crudas y no saladas y es mejor si se activan antes, ya que de esta forma maximizamos la ingesta de nutrientes (dejar a remojo 8-12 horas ).
- Legumbres. Sobretodo lentejas y garbanzos. De nuevo, si hay enfermedad es aconsejable tomar ambas legumbres germinadas porque tienen muchos más nutrientes de esta forma y cuando existe enfermedad
- Germinados. Han de tomarse todos los días y en buena cantidad en nuestras ensaladas frescas. Los germinados poseen una capacidad nutricional enorme. En el cáncer de mama son especialmente recomendables los germinados de brócoli, ya que poseen glucosinolatos que se ha visto que ayudan a acabar con células tumorales mamarias y que en los germinados se encuentra en una dosis bastante más alta que incluso en el propio brócoli. Los germinados son concentrados de vida.
- Algas. Son las verduras del mar y también poseen numerosas propiedades de las que buscamos para crear ese ambiente desfavorable al tumor.
- Especias. La mayoría de especias poseen propiedades fantásticas a nivel nutricional, pero se han hecho estudios sobretodo con la cúrcuma y el jengibre que tienen propiedades antiangiogénicas, antioxidantes y sobretodo antiinflamatorias.
- Plantas aromáticas.
Evitar
- Carne roja y procesada. Se ha relacionado su alto consumo con tumores de colon-recto, mama, vejiga, próstata, esófago y estómago. Además, la calidad de la carne que comemos actualmente es muy pobre, las vacas están alimentadas con soja transgénica en lugar del pasto natural que deberían tomar y además son inyectadas de forma rutinaria con antibióticos y hormonas.
- Lácteos. Su consumo se ha visto relacionado en numerosos estudios con diversos tipos de cáncer, sobretodo los cánceres hormono-dependientes como el 70% de los cánceres de mama y también cáncer de próstata y ovario.
- Pescado de gran tamaño. Es mejor limitar el consumo de productos animales por su alta acidez, pero si se consume pescado es mejor que sea pequeño y azul para evitar exceso de metales pesados como el mercurio.
- Sal procesada. Mejor sal marina o del Himalaya.
- Todos los productos procesados y empaquetados, es importante comer comida de verdad. Evitar productos refinados y harinas blancas, así como azúcares blancos y refinados. Mejor optar para endulzar con pasas, algo de dátiles, stevia o azúcar de coco.
- Edulcorantes artificiales como la sacarina y el aspartamo. Mejor usar stevia, y si puede ser en hoja, mejor.
- Café y alcohol.
ESTILO DE VIDA
Respecto a otros hábitos relacionados con el estilo de vida, se ha visto en numerosos estudios que hay muchos de ellos que pueden ayudar a propiciar ese ambiente oxigenado y alcalino que le dificulta al tumor su aparición y/o progresión, entre ellas destacaré las siguientes:
- Mantener un tránsito intestinal saludable evitando el estreñimiento. Podéis ver más información sobre este tema en este vídeo que hice hace unas semanas.
- Evitar el tabaco.
- Comer los alimentos ecológicos si es posible, al menos los más contaminados. Podéis leer más sobre este tema en este post. Esto va en la línea de reducir tóxicos en nuestra vida diaria, que es fundamental, ya que muchos de estos tóxicos son pro-cancerígenos.
- Evitar ciertos utensilios de cocina que puedan desprender tóxicos como el aluminio y los que llevan teflón. Mejor optar por el vidrio y el titanio.
- Tomar el sol diariamente unos 15-20 minutos sin protector solar (si es verano, evitar las horas de máximo sol) es fundamental para aumentar nuestros niveles de vitamina D. Como os he comentado antes es interesante mirar este parámetro en un análisis de sangre ya que se están detectando en un gran porcentaje de la población cantidades realmente bajas de vitamina D con lo que eso conlleva, entre otras muchas cosas, deprime nuestro sistema inmunitario.
- Evitar plásticos. Especialmente importante en el cáncer de mama y en todos los cánceres hormo-dependientes, ya que llevan unas sustancias, como el BPA, llamadas disruptores hormonales o endocrinos que se parecen a los estrógenos y pueden propiciar la aparición y proliferación de tumores. Mejor optar por tuppers de cristal, filtros de ósmosis en lugar de botellas de plástico y alimentos envasados en papel o cartón. Evitar también latas, ya que contienen de nuevo este tipo de sustancias, mejor envases de cristal.
- Evitar cosméticos no naturales, ya que también llevan sustancias tóxicas y muchas de ellas disruptoras hormonales como los parabenos, entre otras. Se encuentran en jabones, champús, maquillaje, cremas, etc. Los perfumes también llevan ptalatos, que actúan también como disruptor endocrino. También productos de limpieza. En España tenemos a un médico, profesor y catedrático de la Universidad de Granada, Nicolás Olea, cuyo equipo ha realizado numerosas investigaciones en este tema. Podéis ver una charla de él en este enlace. También tenéis más información sobre este tema en este post que escribí hace un tiempo. Hace unos días en La Noche Temática de La2 pusieron un documental muy interesante sobre el tema de los químicos y el cáncer de pecho, es fundamental verlo, podéis hacerlo aquí.
- Hacer ejercicio, aunque sea moderado, ya que nos ayuda a oxigenar el organismo
- Respirar adecuadamente y hacer respiraciones profundas, de nuevo para oxigenar nuestro organismo, actividades como el yoga pueden ayudarnos a realizar esto.
- La meditación y/o mindfulness son técnicas que han demostrado ser útiles para mantener un mejor estado de nuestro sistema inmune, ya que éste está muy relacionado con nuestras emociones, y estas actividades pueden ayudar a reducir el estrés.
- Técnicas de liberación emocional e intentar buscar ayuda psicológica para superar posibles traumas pasados o problemas emocionales presentes o pasados que no se hayan resuelto. Todas estas emociones negativas reprimidas se ha visto que influyen negativamente en la salid de nuestro sistema inmune reduciendo su actividad.
Cáncer de mama
En concreto para el cáncer de mama es muy importante, además de reducir plásticos, cosméticos no naturales, perfumes y productos de limpieza:
- Evitar sujetadores demasiado apretados, ya que dificultan la circulación de la linfa, que es la encargada de ‘barrer’ los tóxicos del organismo. Si pueden ser de algodón orgánico, mucho mejor. Ahora en Oysho tienen una línea de ropa interior hecha con algodón de este tipo, sin químicos.
- Evitar sujetadores con aros metálicos, mejor sin aros.
- Evitar desodorantes, usar naturales o al menos que no contengan antitranspirantes y/o aluminio.
- Hacerse masajes linfáticos en el pecho todos los días o al menos 2-3 veces por semana es algo bastante interesante, podéis ver más sobre este tema y cómo hacerlo en este vídeo. Esto estimula la linfa y la eliminación de tóxicos.
SUPLEMENTOS
Hay muchos suplementos que pueden ser útiles para ayudar al cuerpo con los objetivos que hemos comentado anteriormente. Pero no todos los suplementos son de la misma calidad. Igual que en el mundo de la alimentación hay suplementos de mayor calidad y de menos calidad. Los de mayor calidad son los que no llevan aditivos ni colorantes y los que están basados en alimentos y no contienen sintéticos. Afortunadamente hay numerosas marcas que elaboran suplementos de gran calidad. Ciertos suplementos como vitamina D, algas verdeazuladas, probióticos, enzimas digestivos, etc. pueden resultar muy útiles para un abordaje integrativo. En este tema es interesante buscar a un profesional cualificado para que nos recomiende lo mejor en cada caso, ya que según la persona, su historial y sus necesidades se pueden buscar los suplementos más útiles.
CONCLUSIONES
Las enfermedades son siempre un llamamiento de nuestro cuerpo de que algo no funciona correctamente, y el cuerpo, que siempre está intentando buscar el equilibrio, lo ha perdido y necesita nuestra ayuda activa para recuperarlo. El primer paso siempre es buscar la causa o causas posibles de ese desequilibrio y esto, si lo enfocamos de la manera correcta, puede ser un camino, más o menos doloroso, pero que muchas personas lo han descrito como un punto de inflexión en sus vidas para llegar a tener una vida mejor, más completa y más consciente.
Esta manera de hacer frente a las enfermedades puede que parezca algo novedoso, y lo es porque es muy distinto a lo que estamos acostumbrados en las últimas décadas, pero a la vez es muy antiguo ya que médicos de hace muchos siglos como Hipócrates ya nos hablaban de este tipo de medicina integrativa en la que todo está conectado y relacionado, y lo bueno es que ahora podemos aplicar todo esto con el respaldo de numerosos estudios científicos. Es una forma de afrontar las enfermedades integral, basada en ciencia, que aumenta la efectividad de los tratamientos químicos y, sobretodo, es una forma positiva de afrontar los desequilibrios que sufre el cuerpo, ya que no nos deja a un lado mientras dejamos que nos den la medicación correspondiente, sino que nos inspira a coger las riendas de nuestra propia salud y poner de nuestra parte para mejorar, de esta forma nos implicamos en nuestro proceso de curación y esto siempre es positivo, beneficioso y, sobretodo, esperanzador.
LIBROS RECOMENDADOS
- Libros de la Dra. Odile Fernández:
- ‘Mis recetas anticáncer’
- ‘Mis recetas de cocina Anticáncer’
- ‘Guía práctica para una alimentación y vida anticáncer’
- ‘Fuerza Vital’ (Brian Clement)
- ‘La comida con vida’ (Beverley Pugh)
- Libros cocina cruda de Ana Moreno
- ‘Espiritual Chef’ (Javier Medvedovsky)
- ‘Usted puede sanar su vida’ (Louise Hay)
- En Inglés: libros de Kris Carr y Bernadette Bohan
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